Lo sepas o no, a cada momento estás eligiendo y lo que recibas, lo que percibas en tu vida, te dará pistas de éso que has elegido que además es lo que crees merecer.
Elegimos entre dos paradigmas, el miedo y el amor, la pequeñez o la grandeza, si has elegido correctamente sentirás una paz de fondo, un bienestar genuino que irá transformando tus circunstancias, tu calidad de vida.
Ése y solo ése es nuestro gran y único poder, el poder de decidir, es necesario pensar con benevolencia, en un todos ganan, ponerse en el lugar de los demás, y para eso, te puede ayudar verte en perspectiva, entender que tenemos dos lados, somos luz y oscuridad, tenemos una parte onda que sería nuestra parte más veloz e inmaterial, nuestro subconsciente, nuestra sombra y otra parte partícula, de la que la anatómica es su versión más visible lo que vemos como luz.
Como decía, cuando eliges en favor de un otro, estás dando y recibiendo a la vez, obsérvalo, en realidad aquí no hay nada que recibir, tan solo cosas que dar, comprueba la satisfacción de la entrega, da lo mismo entregar algo material o inmaterial, tu percepción misma es algo que puedes entregar al campo.
Para que lo compruebes, te propongo un pequeño ejercicio, en la próxima conversación incómoda que se te presente, intenta colocar una parte de ti en un lugar de observador y pide la mejor solución para todos los implicados, es parecido a lo que recomienda el padre de la Ley del desdoblamiento del tiempo, Garnier Malet con derivar al doble, si lo haces no tardarás en sentir los beneficios, eso se llama entregar ese momento. Si lo pruebas cuéntame como fue.
Adriana Labarta Bezares
Junio 2024